Las cocinas necesitan un material resistente a las altas temperaturas, la oxidación y la corrosión. Pero, además, este material también debe ser higiénico, estético, de bajo coste y tener facilidad de limpieza. El acero inoxidable reúne todas estas condiciones, aunque es importante limpiarlo de la forma correcta para que dure más tiempo. ¡Toma nota de cómo limpiar el acero inoxidable!
Cómo limpiar el acero inoxidable para que brille
Es tan importante limpiar el acero inoxidable como asegurarte de que lo proteges para que mantenga su brillo natural. Con el paso del tiempo y las sucesivas limpiezas, puedes darte cuenta de que el brillo se apaga y que las superficies parecen rayadas.
Es importante que no dejes que se acumule la suciedad y que limpies la superficie de forma regular. De este modo, evitarás manchas resistentes y que el propio acero se deteriore. Por otro lado, aunque esto suceda, no conviene utilizar productos agresivos, lijados fuertes o pulidos.
Debes tener en cuenta que es mejor que haya una pequeña manchita a que se deteriore la capa protectora del acero. ¿Cómo deberías hacerlo?
Limpia la superficie de tus electrodomésticos, superficies o menajes con agua y jabón, vinagre o unas gotas de limón. A continuación, realiza lo siguiente para que no se pierda el brillo del acero inoxidable.
Puedes comprar un gel o cera especial o bien utilizar aceite de oliva o el aceite de cuerpo de los niños. Para ello, empapa un trapo con una pequeña cantidad y frota en el sentido de las vetas. Deja reposar el producto unos 15 minutos y, luego, retira el excedente y seca la superficie con papel de cocina.
Acero inoxidable y su limpieza: conoce algunos trucos
Lo cierto es que el mejor truco de limpieza para el acero inoxidable es limpiarlo de forma continuada y sin mucho esfuerzo. Hacerlo con jabón y agua caliente ayudado de una esponja o un trapo es más que suficiente, pero recuerda que siempre debes seguir la dirección de las vetas para que quede bien.
Tras la limpieza, seca la superficie para evitar las manchas y marcas que puedan dejar los minerales del agua.
Por otro lado, al limpiar el acero inoxidable más que trucos necesitas saber cuáles son los productos que no debes utilizar. Hablamos, por ejemplo, de estropajos, limpiadores en polvo potentes y lejías o productos con cloruros.
Aunque esto se cuenta entre lo más importante, también te dejamos algunos consejos para que puedas eliminar aquellas manchas más difíciles en el acero inoxidable.
- Sartenes y ollas quemadas. Si se te ha quemado la comida mientras cocinabas, el fondo del recipiente quedará afectado. En este caso, no utilices un estropajo, rellénalo con agua caliente y jabón y deja que repose una media hora. De este modo, conseguirás que se eliminen los restos de comida sin necesidad de frotar.
- Retira las manchas complicadas y la cal. Los restos de agua pueden dejar cal en las superficies. En este caso, puedes ayudarte de productos específicos para acabar con ella, aunque debes asegurarte de que no estropearán el acero inoxidable. Nuestra recomendación es que realices una mezcla de agua y bicarbonato hasta obtener una pasta espesa. Aplícala, deja reposar media hora, enjuaga y seca la superficie.
Cómo limpiar una campana de acero sin dejar huellas
Una de las escasas desventajas que tiene el acero inoxidable es que quedan las marcas de las huellas. Por eso, no podemos acabar este artículo sin decirte cómo puedes acabar de manera eficaz con esas huellas en la campana de acero.
Es tan sencillo que te sorprenderá. Utiliza un limpiador de cristales. Pulveriza sobre la superficie o en un paño, la segunda opción es la más sencilla y eficaz. Lo que debes hacer es realizar movimientos circulares en la superficie de la campana. Seguidamente, enjuaga y seca con papel de cocina.
Además de este sencillo truco, también puedes utilizar el aceite de bebé o aceite de oliva para dejar la campana como nueva y sin huellas.
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